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miércoles, 29 de agosto de 2012

Seattle en un día y medio


Como vienen siendo mis historias, esta también tiene sus particularidades. Gente nueva, anécdotas, turismos, suerte y diversión, una combinación perfecta para mi fin de semana en Seattle.
El camino se hace al andar

Para poder tener un día y medio para mi paseo decidí partir hacia Seattle el viernes por la tarde luego de la oficina utilizando el tren. Unas 3 hs y 30 minutos separan Portland de la ciudad vecina, en caso que se decida manejar, no obstante el sólo pensar en ese tiempo al volante de regreso a mi ciudad luego de horas de caminata y paseo me impulsaron sin dudas a viajar usando el Amtrak Cascade. Este servicio de larga distancia no sólo ofrece un muy buen servicio a un excelente precio sino que además te ofrece vistas de ríos y pueblos a la vera del camino que no podrías ver usando otro medio de transporte.


Debo decir sin embargo que el tren salió con una hora de demora, en ese tiempo no dude en ponerme a conversar con otros pasajeros y terminé de charla con Niki y Lily, dos amigas de viaje a Seattle, que esperaban primeras en la fila para abordar la formación. Me adoptaron rápidamente y me sentaron junto a ellas en el coche. Pocas estaciones después se sumaron Linda y Diana, y con las 4 señoras nos fuimos al coche restaurant diseñado especialmente para apreciar las vistas. Me separé de mis nuevas amigas por algún tiempo, tratando de armar mi agenda de fin de semana, para retomar su compañía una media hora después hasta el final del viaje, lleno de curiosidades e historias de mis 4 nuevas madres, con incluso consejos a seguir al viajar sola siendo mujer. 

Mientras esperaba en la fila, antes de abordar, pude también notar a un padre y su hija vestidos de manera vistosa y preparados para abordar el tren con algunos privilegios. Finalmente, ya en el coche restaurant con mis nuevas amigas, pude saber de qué se trataba su particular indumentaria. Ambos pertenecían a los voluntarios de Train & Trails Un grupo que se dedica a funcionar como guía turística y que, durante todo el viaje, comenta los hitos del camino, ofrece información histórica, geográfica, económica y social. En este caso, la pequeña de tan sólo 13 años deleitaba  con su vos a los pasajeros que tenían ganas de escuchar-

Cerveza de por medio, arribe a Seattle ya entrada la noche junto a mis 4 madres que no pararon de darme consejos hasta el último minuto dentro de la estación.

Sábado

Como ya es mi costumbre, comencé muy temprano por la mañana. Primera parada, Seattle Center. A pocas cuadras del Pacific Executive Hotel se encontraba la estación del Monorail que, en viaje directo, te lleva puerta a puerta desde el centro de Seattle a la base de la Space Needle sobrevolando la ciudad. Para mi sorpresa, mis planes tempraneros se vieron truncados ya que casi todos los lugares turísticos abren sus puertas a las 10AM, con excepción de la cincuentenaria Space Needle que permite el ingreso desde las 9AM. Algo que vale la pena mencionar, si tienen ganas de visitar esta ciudad, es que todos los museos y monumentos tienen costos de acceso bastante elevados en contraposición de DC donde todos los espacios son de ingreso gratuito, para tener en cuenta.

Una buena vista de la ciudad, del lago Washington, un poquito de océano, el waterfront, los cruceros y las siete montañas Capitol Hill, First Hill, West Seattle, Beacon Hill, Magnolia, Denny Hill y Queen Anne, todas visibles en un día limpio como el que me tocó a mí.

Con una visión clara de todo mi recorrido tanto en el mapa como en mis ojos, pasé a la siguiente estación, el Pacific Science Center Lo que me llamó la atención de este museo fue la muestra de “King Tut”, anunciada con cartelería en toda la ciudad. Nunca se me ocurrió pensar, hasta que estuve allí, que estábamos hablando nada más y nada menos que de una muestra sobre Tutankhamun: The Golden King and the Great Pharaohs” No hay palabras para describir la exposición no sólo por su magnífica puesta en escena sino por el significado de cada uno de los elementos. No perderé el tiempo contándoles los detalles, sólo quiero compartir una interesante historia que no conocía. King Tut tuvo uno de las tumbas más modestas del antiguo Egipto y estaba destinado a ser olvidado, fue borrado de los registros y nunca nadie más hablaría de él. Sin embargo, su “humilde” morada le permitió pasar con éxito la razia de los saqueadores y, como consecuencia, es la única tumba que permaneció intacta hasta que fue descubierta por Howard Carter en 1922. Hoy, Tutankhamun es uno de los personajes más conocidos del antiguo egypto y su nombre quedó escrito en la historia mundial.

Ya a punto de abandonar el museo, destinado especialmente a los niños, se me ocurrió preguntar que más podía observar en este espacio que no fuera un juego para escolares. Una vez más la suerte y mi curiosidad me llevaron a un lugar inesperado, la exhibición de mariposas tropicales. Lo que no saben es que están vivas, se trata de un jardín templado donde uno puede observarlas de cerca y mirar en detalle sus colores brillantes mientras ellas se posan tranquilas en las múltiples plantas que dominan el invernadero. Beatiful!!

Tras una inmersión de cultura no pude más que dirigirme a la exposición de íconos de la ciencia ficción del museo EMP. Una foto con la silla del Capitán Kirk, otra al lado del largo sobretodo de Neo, unas imágenes de las armas usadas en Hombres de Negro y la máscara de Terminator 1 llenaron mi lado Geek. Y ya que estaba por ahí, me dí una vuelta por la exhibición de Avatar, diseñada por el mismo Cameron, y me di el gusto de ser Neytiri y estar con Jake en los Tree of Souls gracias al chroma montado en la muestra.

Mientras pensada en seguir con mi recorrida, me choqué de frente con la estación de “Ride the Ducks” y no pude soportar la tentación y me salí de la agenda, me subí al anfibio y me fui de tour con música y canto por toda la ciudad y en el lago Washington. La buena noticia es que conocí lugares que no tenía mapedos y aparecieron ideas de nuevas visitas que, desde luego, aparecerán en los próximos párrafos. Algo interesante, en el barrio Fremont hay estatuas que tienen como objetivo facilitar el vandalismo, están hechas para que la gente les haga lo que tenga ganas mientras no las destruya, interesante concepto, no?

Monorail y caminata de por medio, me fui para al famoso Pike Place Market que en pleno sábado al mediodía era un hormiguero de gente comprando pescados, frutas, verduras y flores. No tengo ni que decirles que esta ciudad es ideal para los amantes de los frutos de mar y este mercado es el adecuado para adquirirlos siendo uno de los Farmer Market más grande del país y a la vez más antiguo.


Tanto pescado me llevó directo al Acuario lleno de belleza natural e infraestructura para apreciar todo en detalle, desde un Lionfish, pasando por Nemo, Dory, peces tropicales de todo tamaño y color, rayas, lobos marinos, pájaros exóticos, tiburones y hasta un pulpo gigante. Todo en este espacio para niños y adultos.

Le llegó el turno a la caminata por el Waterfront con sus locales exóticos, sus patios de comida y la rueda gigante, entretenimiento que no comprendo pero que parece ser muy popular por estos lares. Lo más emocionante, el incendio en el punto de venta de Argosy Cruises que involucró a no menos de 15 autobombas, policías, ambulancias y fuerzas de seguridad varias. Interesante de ver, en todo sentido :) . Al ladito de este incidente, el Ye OldeCurisity Shop…un asco.

De repente me di cuenta que era hora de comer algo, y a modo de merienda disfrute de unas tiras de salmón con papas fritas en uno de los clásicos del puerto Ivar´s, la particularidad de este lugar es que luego de hacer tu pedido te podés sentar en un deck al aire libre donde todos, sin excepción, alimentan a las gaviotas con una no muy sana dieta de papas fritas. Los pequeños plumíferos, ya entrenados en el tema, no dejan de hacer ruidos y pasar rasantes por entre la gente para tomar los bastones fritos con rapidez.

Lo que siguió fue una recorrida por la 1st Av, la avenida principal de la ciudad, un helado gigante tomado al sol y para terminar la jornada el Underground Tour. Este paseo es una visita por lo que quedó de la antigua ciudad luego del incendio de 1889. Luego de hacer la incursión subterránea entendí porque el sitio tiene una sección llamada “Can I wear high hills?”, aunque no lo crean unas señoritas no tuvieron mejor idea que meterse por los subsuelos con tacos de más de 10 cm. No hay guía APB que cuente.

Ya caída la noche fue la hora de volver al hotel a descansar para el día siguiente, habría que tomar algunas decisiones para continuar con el viaje.

Domingo

Una vez más, temprano en la mañana fue momento de comenzar la jornada con algunas decisiones. Visitar el Museo del Aire, a algunas millas de Seattle, visitar alguna de las islas cercanas en uno de los ferryes…finalmente me decidí por lo último y encaré para el puerto a unas 4 cuadras de mi hotel.

Intenté primero en el la mesa de recepción del Argosy Cruises a pesar de los carteles que marcaba el tour a Tillicum a media mañana. Tuve suerte, una de las chicas fue sincera y me recomendó no tomar este viaje, más bien diseñado para grupos grandes, con almuerzo y baile típico incluido. Por el contrario, me sugirió que fuera a la estación municipal Washington a unas 3 cuadras y que tomará allí uno de los ferryes a Baindbridge, excelente idea.

Mi billete de 7 USD me llevó a una isla de ensueño y a descubrir increíbles vistas de la ciudad desde el agua, nada mal comparado a los 80USD que valía el tour, sobre todo porque en esta isla había un pueblo que visitar, lugares por conocer, tranquilidad y belleza por todos lados. Me di el gusto de una tranquila caminata, bastante más relajada que en mi día previo, recorrí las calles del pueblo, visité sus locales, llegué a la costa y caminé por el trail que bordea la ciudad bajo un día de sol espléndido. Con bellas fotos tomadas y mucha tranquilidad inspirada, retomé hacia la terminal por medio del Waterfront Park  En este pueblo, una escuela Waldorf, la única que vi en el centro. No se podía esperar otra cosa que educación con foco en las personas en una pequeña ciudad como esta.

Unos 35 minutos de viaje y varias fotos después, estaba de regreso en la ciudad ya pasado el mediodía. Aún quedaba tiempo para algunas recorridas, así que decidí hacer un último paseo por el Waterfront y llegar hasta la zona de cruceros donde algunas decenas de personas se agolpaban para subir al “viaje de sus sueños?”. Tomé de nuevo 1st Avenue pero esta vez en la zona bohemia, con locales de diseño por doquier e hice una parada en Post Alley o Gum Wall, la más desagradable calle del mundo con sus paredes cubiertas con chiles, si, chicles masticados junto a los cuales los turistas se sacaban fotos. Decidí seguir rumbo, me cruce con gente que llevaba a sus perros con pechera porta bolsas (esta ciudad reluce de limpia) y para liberar mi mente de las imagenes de chicles avancé  hasta el SAM, el Museo de Arte Moderno de Seattle. Debo admitir que había decidido saltear esta visita ya que los catálogos no me generaban mucho entusiasmo, que grosero error hubiera sido no entrar en este magnífico espacio.

El SAM no sólo tiene piezas de Andy Warhol sino obras muy impactantes, además de una colección permanente de Arte Africano que te pone los pelos de punta y te lleva al corazón de una cultura distante y extraña. Lo destacado, la muestra de Artistas Aborígenesde Australia. Que impactante ver esas obras pintadas con tintes naturales sobre cortezas de árboles, patrones imposibles y bellos, arte del que no había visto nunca, diferente pero autóctono, original y antiguo a la vez, fotos de los artistas completan la escena y te generan miles de preguntas acerca de qué es el arte.

Con mucho que pensar, me fui a disfrutar de un último almuerzo en Ivar´s, esta vez unos langostinos frescos y sabrosos. Debo decir que mi alma proteccionista no me permitió darle papas fritas a las locas gaviotas aunque disfruté de ver cómo estas aves danzaban alrededor de la gente o esperaban ansiosas en el techo del local o en el agua. Un gracioso cartel afirma muy cerca de las mesas “Do not feel afraid to overfeeding. Seagull are dainty eaters”.

Taxi, tren con servicio onboard y cena con cerveza Pyramide (cosa que no me olvide del King Tut), nuevas bellas vistas en el camino y un nuevo transporte público en Portland que me llevó a Hillsboro en la noche de Oregon. Hora de descansar para encarar un nueva semana en USA.

Otro finde a pura experiencia :)

Más imágenes en FB.



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