Le he dado muchas vueltas a este tema y he llegado a algunas conclusiones, tal vez equivocadas pero al fin y al cabo, mías.
Una de las principales diferencias que he detectado entre la cultura americana y la latina no será novedad para ninguno de los que lean este post, estoy hablando de la distancia que las personas marcan entre sí, incluso cuando mantienen una relación cercana.
Es soprendente ver como entre amigos no hay besos o abrazos, y muy pocas veces se observa un gesto de cariño que deposite la mano en el hombro de la persona conocida. La simpatía abunda, algunas veces las ganas de compartir anécdotas, pero estos impulsos son igual de habituales que las veces que las personas bajan la mirada para evitar el saludo o la charla.
No es un juicio, no es que unos sean mejores que otros, sencillamente somos diferentes. Y lo que me impulsa a escribirlo es el notar que esta característica cultural lleva a las personas locales a buscar su destino, su pareja, su vida a través de sitios de búsqueda de pareja o en citas a ciegas o en servicios especiales que se dedican a la tarea de buscar tu pareja ideal. Desde luego no a todos, pero si a muchos.
Tanta gente inteligente, tanto por compartir, y tanto aislamiento. Me sorprende y me entristece, me hace pensar en lo afortunado que somos aún cuando nuestro ser extrovertidos no sólo facilite las relaciones sino también nos lleve a situaciones de falsedad, exageración o incluso mentira, tan propias de nuestra vida cotidiana y nuestra cultura. Actitudes que no son comunes entre los americanos, mucho más sinceros y directos en la mayoría de las situaciones.
Ventajas y desventajas de ser como somos. Ojala puedieramos todos encontrar el término medio para ser más sinceros y cercanos, es decir, mucho más felices.
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