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miércoles, 15 de agosto de 2012

DC: yo voy en tren y voy en avión...

Una de mis experiencias este fin de semana tuvo que ver con el transporte público. 
Déjenme contarles algunos detalles que no van a poder creer.
Todo comenzó el viernes a las 5AM, despertador, ducha y cafe de por medio. Con la valija llena de ropa y energía salí a la estación Orenco Station a sólo una cuadra de mi departamento. El ticket costó tan sólo USD 2.5 y sólo tuve que esperar unos 10 minutos para que el tren arribara a la estación con muy poca gente, limpio y listo para llevarme a Beaverton dónde debía combinar con otra línea.

El cambio de trenes no llevó más de otros 10 minutos y luego siguió un viaje de unos 45 minutos que terminó dentro del aeropuerto a menos de 100 metros del control de seguridad para ingresar al aeropuerto. Una multitud de personas bajó con sus valijas, todos ellos provenientes de  las aproximadamente 20 estaciones que tiene el recorrido, algunas de ellas en la ciudad pero la mayoría de ellas en los suburbios.

Alguno detalles pintorescos de estos viajes son las luncheras que cada local carga junto a su equipaje y el infaltable vaso térmico que indica que alguna bebida fría o caliente acompaña al viajero, estos dos elementos no son exclusivos de este destino,  sino que es algo visible todo el tiempo en los transportes públicos y en cada punto de la ciudad. Otro dato interesante es el silencio que reina en el trasnporte público en Oregon, no vuela una mosca, supongo que debido a los carteles que indican que hacer ruidos molestos puede ser penado con una multa.

Metro de Washington 

En Washington pensé que este idilio con el transporte de pasajeros llegaría a su fin. La capital, millones de personas, una amplia cobertura, todo indicada que me sentiría omo en casa. Pero me equivoqué, el Metro en Washington  no sólo es prolijo y eficiente, sino que además su servicio es permanente y te lleva a todos los puntos importantes de la ciudad. Las distintas lineas se cruzan y, incluso, se superponen las líneas en las estaciones de mayor concurrencia de pasajeros con el objetivo de tener más formaciones ofreciendo servicio en la hora pico.

Hay estaciones subterraneas, estaciones al aire libre, vías que cruzan el río y coches de distintos formatos, desde lugo siempre con un piso especial para facilitar el acceso a personas con discapacidades físicas.

Desde luego, en ambas ciudades, los trenes y el metro son combinables con los colectivos utilizando el mismo ticket. Aquí, en US, en general uno compra su ticket por tiempo o por zonas no por viaje, lo cual hace más fácil a cada pasajero llegar a su destino realizando múltiples combinaciones de acuerdo a sus necesidades. El servicio está integrado y listo para llevarte de una punta a la otra de la ciudad con sólo pagar un viaje.

Así da gusto utilizar el transporte público. Además, dado que el costo es bajo, es una excelente forma de evitarse el pago de estacionamientos que, en ambas ciudades, suele ser costoso y dificil de encontrar.

Moraleja: el transporte público de calidad no es una utopía.





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