Ayer decía en mi TW que me sentía en una película de Ridley Scott al esperar a los Thunderbirds aparecer en el International Air Show en Hillsboro con la banda de sonido de Transformes de fondo y les aseguro que no sólo fue por la música.
Hace algunas semanas, en mi búsqueda por más interacción con los locales, decidí inscribirme en el voluntariado de Intel para colaborar en el International Air Show que se realiza todo los años en el Aeropuerto de Hillsboro. Dose semanas antes del evento fue necesario participar de una capacitación de dos horas que cubre todos los aspectos de seguridad que corresponden a un aeropuerto militar y que deben ser seguidos al pie de la letra por la seguridad de todos los participantes y de las aeronaves.
Y todo comenzó muy temprano
Siendo las 7:30 AM del sábado 4 de agosto, estaba de punta en blanco en el ingreso para voluntarios del show dispuesta a disfrutar del desayuno ofrecido a los colaboradores y que, para mi suerte, estaba basado 100% en azúcar, algo que mis compañeros americanos no disfrutaron en absoluto a la espera del bacon y los huevos revueltos que nunca llegaron.
Con mi banda de soles, la panza llena y el cuerpo listo, me fui a dar un paseo entre las naves militares mientras pasaba el tiempo para la apertura a las 9AM.
Ya en la "Red Gate" me encontré con los voluntarios intelianos, la mayoría de ellos jóvenes que están en la universidad y que trabajan en la compañia temporalmente por el verano. Tantos adolescentes me hicieron perder 10 años de un plumazo, ellos tan llenos de energía y listos para trabajar durante toda la jornada. Afortunadamente, pude renunciar a mi trabajo de bag checker y pasar a lo mio, usar el scaner para verificar las entradas y así cumplir un rol policíaco menos arriesgado.
En esta reunión de voluntarios pude conocer a Chian (creo que así se escribe) venido de su Taiwan natal y empleado de la empresa por 36 años, asi como a las interns que con 20 y pico de años, en su mayoria, estaban en medio o terminando su PHD en ciencias de la computación. No faltaron los personajes locales, empleados del aeropuerto, que guiando a los provisorios voluntarios nos llenaban con sus cuidados de agua fria y cerezas frescas en un día que llegó a los 99 grados farenheit, unos 37 Celsius.
En esta reunión de voluntarios pude conocer a Chian (creo que así se escribe) venido de su Taiwan natal y empleado de la empresa por 36 años, asi como a las interns que con 20 y pico de años, en su mayoria, estaban en medio o terminando su PHD en ciencias de la computación. No faltaron los personajes locales, empleados del aeropuerto, que guiando a los provisorios voluntarios nos llenaban con sus cuidados de agua fria y cerezas frescas en un día que llegó a los 99 grados farenheit, unos 37 Celsius.
A las 9 ya teníamos una larga fila de no menos de 100 personas ansiosas de ingresar al aeropuerto, además de a las Cheers Liders vendiendo calendarios para juntar fondos para sus escuelas secundarias, vestidas con sus uniformes y gritando sin parar para llamar la atención de los visitantes. Mediando la mañana ya teníamos pocos clientes en nuestra puerta roja y se dió el ámbito perfecto para mirar las acrobacias aereas, los paracaidistas y esperar con ansia la llegada de los Thunderbirds.
El almuerzo de voluntarios, al cual llegué en un delicado carrito de golf, fue un baño de más cultura local, una cheese burger con ensalada salida de envases de plásticos y los infantables snacks sabor jalapeño, muy famosos en estas tierras donde la población mexicana es casi igual en número a los americanos. De nuevo, absorví más de los locales al sentarme a la mesa con 3 amigos simpatiquisimos que, para variar, me preguntaron dónde quedaba la Argentina, si era segura, si teníamos selva, si había muchas drogas y desde luego, cómo era posible que siendo tan jóven anduviera viajando by myself. Afortunadamente ya tengo my set de respuestas pre programadas así como mi display de preguntas para tratar de entrar en conversación con gente que generalmente no está acostumbrada a dialogar con desconocidos.
Vuelta al trabajo me tocó quedarme sólo en la puerta escarlata haciendo de policía de tránsito e incluso negar el ingreso a un par de pilluelos que querían colarse, desde luego, latinos. En mi tiempo a cargo del ingreso carmesí también me toco dialogor con los oficiales de la policia y algún que otro piloto, todos en serie con sus Rayban clásicos y su piel púrpura por el sol oregonense. No fue tan malo, despés de todo, estar una horita designada como la autoridad que regenteaba ingresos y salidas. Una vez más debo decir que los locales no sólo me preguntaban como volver a ingresar y se sometían sin chistar al sello que debian portar en sus manos, sino que además ni uno sólo de los americanos intentó por un instante ingresar con agua o con los elementos prohibidos y, desde luego, jamás ninguno siquiera trató de pasar sin su ticket de ingreso.
Finalmente las niñas y niños llegaron de nuevo y pude sentarme a observar a las naves cruzándose en el aire temerarias y dejando una estela blanca que dibuja en el cielo curiosas figuras. También tuve tiempo para observar situaciones que nosotros definiríamos como graciosas, gente cubriendose en bronceador, llevando sillas con techo e incluso usando tapones en sus oidos para evitar los fuertes sonidos emitidos por las naves...entre nosotros, nada que alguien no pudiera soportar por unos pocos minutos sin ninguna protección. Pero así son aquí, preparados, listos, cuidadosos, siempre atentos a prevenir en vez de curar aunque a veces se pasen de la cuenta.
Ya siendo las 2:30 PM llegó el momento de cerrar la Puerta de Mordon en la que estabamos sentados bajo el sol para preparar el set para la armada americana, finalmente nuestra tarea había llegado a su fin. Algunos prefirieron partir pero yo no me iría sin antes ver un show que no olvidaré nunca.
Thunderbirs, honor, gloria y libertad
Afortunadamente contaba con sombrero, ropa liviana y gafas para caminar por la pista del aeropuerto convertida en el averno. Atravesé puestos de comida, de merchandising, de ropa y anteojos, los aviones de combate, el espacio de la guardia nacional y el sector de los marines firmes bajo el sol con sus lustrosos uniformes y americanos perfiles, para llegar finalmente a la valla que separaba a la gente de la pista principal. No sabía cuanto más podría soportar bajo el sol abrazador cuando la música cambio y la voz en off anuncio que en 5´ llegarína los Thunderbirds, el orgullo de la fuerza aerea americana, el orgullo de américa, y ahí me quede parada mirando en 360° para verlos aparecer mientras de fondo sonaba una de las más conocidas canciones de Transformes.
Ansiedad, gente roja bajo el sol, chicos, adultos, pochoclo y helados, militares y civiles, zona vip y campo, todos esperando, todos espectantes, muchos emocionados. Y finalmente, la música que cambió subitamente, y la voz en off que anuncio la llegada desde nuestras espaldas, y todos mirando, y de súbito unos pequeños puntitos en al aire que crecían rapidamente, y cuando apenas habías vistos sus perfiles, estaban ahí, sobre nosotros con un estruendo, en formación, orgullosos de ser americanos, mostrando la potencia de la "Fuerza armada más poderosa del mundo", como el relator describía, y yo con la boca abierta, incredula frente al espectáculo y sorprendida frente a la inminente llegada de esos poderosos aviones volando a 900 KM/H para hacer sus maniobras de demostración, la Unitaded States Air Force Thunderbirds.
Fueron 20 minutos del show más emocionate y poderoso hecho por el hombre que jamás alla visto, al menos para mi que amo los aviones y aprecio la fuerza de una cultura que no sólo cree en si misma sino que cree en la libertad como principal valor. Los potentes aviones no sólo hicieron maniobras arriesgadas sino que contaron con el complemento de la música adecuada y de una narración que te ponía la piel de gallina y sacaba a flote la emoción del más duro.
Como describirles tanto poder, solo a través de algunos videos que logré capturar entre tanto estruendo de motores y estelas blancas. Aquí, algunos de los mios y desde el luego en YouTube mucho más con sólo poner la palabra clave: Thunderbirds. Más fotos en Flickr.
Me fui con el orgullo de la tarea cumplida, con gente nueva conocida, pero también con un sabor amargo, mezcla de tristeza e impotencia, al saber que es poco probable que vea en mi patria tanto orgullo por la patria como pude ver en unos pocos minutos de acrobacia aérea.
Morale: antes de criticar, aprende. Te puedes llevar una sorpresa.
Fueron 20 minutos del show más emocionate y poderoso hecho por el hombre que jamás alla visto, al menos para mi que amo los aviones y aprecio la fuerza de una cultura que no sólo cree en si misma sino que cree en la libertad como principal valor. Los potentes aviones no sólo hicieron maniobras arriesgadas sino que contaron con el complemento de la música adecuada y de una narración que te ponía la piel de gallina y sacaba a flote la emoción del más duro.
Como describirles tanto poder, solo a través de algunos videos que logré capturar entre tanto estruendo de motores y estelas blancas. Aquí, algunos de los mios y desde el luego en YouTube mucho más con sólo poner la palabra clave: Thunderbirds. Más fotos en Flickr.
Me fui con el orgullo de la tarea cumplida, con gente nueva conocida, pero también con un sabor amargo, mezcla de tristeza e impotencia, al saber que es poco probable que vea en mi patria tanto orgullo por la patria como pude ver en unos pocos minutos de acrobacia aérea.
Morale: antes de criticar, aprende. Te puedes llevar una sorpresa.
¡Muy bueno! El gordo está como loco con las fotos preguntándome a mí si no tenés más o tomadas de más cerca (como si estuvieses acá al lado nuestro). Genial, amiga, siguen encantándome el relato de tus experiencias.
ResponderEliminarDe los Thunderbirds no tengo más de cerca....desde luego no bajaron en el aeropuerto :D
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