Cannon Beach en Windows 7
Finalmente llegó el final de mi primera semana completa en Hillsboro y decidí salir a la aventura, comenzando por la playa. El destino, Cannon Beach, una de las zonas más turísticas de Oregon.
Todo
comenzó con la búsqueda de lugar donde parar. Fiel a mi estilo personal, ya en
jueves comencé a mandar correos a todos los posibles alojamientos en la zona.
Un sinfín de respuestas negativas no logró hacerme renunciar y seguí
contactando hospedajes hasta que finalmente recibí una respuesta positiva de
“The Wave” www.thewavesmotel.com .
El primer dato relevante de esta historia es que ninguno de estos hoteles aceptaba una reserva vía mail, en
todos los casos era mandatorio llamar por teléfono y dejar de antemano los
datos de tu tarjeta de crédito. Más allá de mis dudas argentinas, y tomando el riesgo, llamé a Paul que había respondido a mi mail y le dejé todos
mis datos. Tranquila por tener donde descansar el sábado por la noche, decidí a encarar mi viaje rumbo a la playa apenas clareara el
sol del sábado.
Una ruta que no me esperaba
Todo parece
muy sencillo y manejable por aquí, por eso, encontrarme con la U25 surcando la
montaña en una ruta de sólo dos manos, con bosque y precipicio a los costados
fue un poco impactante. No sólo tenes que seguir el zigzaguente camino, sino que además es imposible sobrepasar a otros autos en todo el camino, excepto
en las zonas identificadas como líneas de paso en las cuales por menos de una
milla dos carriles te ofrecen la oportunidad de sobrepasar a los que, como yo, no quieren
manejar a más de 100Km/h o 60MPH. No les voy a negar que se volvió un
poco complicado por momentos pero realmente el paisaje valió el riesgo, incluso más allá
de la leve niebla y la intermitente garúa.
Welcome to Cannon Beach
Contra garúa
y nubes arribe a “The waves” que, afortunadamente, estaba en downtown. Digo
afortunadamente porque el pueblo resultó ser mucho más grande que una de
nuestras clásicas ciudades balnearias, con un 80% dominado sólo por casas en la
costa y un 20% destinado al pequeño centro comercial de la zona donde se
ubicaban no más de 50 diminutos, pequeños y medianos locales comerciales entre
los cuales destacaban la fábrica de caramelos, algunos restaurantes en
edificios de principios de 1900 y la zona “Love Dogs” dedicada especialmente a
los amantes de los caninos. Pero antes de pasar a las sorpresas del centro
comercial, me voy para la playa, donde también encontré algunas anécdotas.
Todas las playas se parecen, pero la gente en
ellas es diferente a su manera
Ojota en
mano me lancé a caminar por la playa de Cannon Beach para conocer las famosas
“Haystack Rock & The needles” que todo hemos visto alguna vez entre los
fondos de pantalla de Windows 7. Me tocaría verlas nubladas en vez de brillantes
y soleadas como en todas las fotos de almanaque, lo cual daría un sabor diferencial
a este viaje.
Vista de Cannon Beach
Encontré muchas similitudes con nuestras costas, la gente que
corre, los que caminan, los que juegan a las bochas y los surfers, aunque sin
duda con más olas que en Mar de Ajó, pero había un algo distinto que dominaba
el ambiente. Creo que era se mezcla de limpieza y prolijidad extrema, junto con
lo poco sociable de la gente, lo que hacía que el lugar fuera una vista mágica
pero a la vez fría, más allá del mal clima.
Hasta los perros son menos
amigables y ni que hablar de sus dueños que para tirarles la pelota utilizan
una mano de plástico que les permita no tocar la bola babeada, una como esta http://compare.ebay.com/like/380420511687?var=lv<yp=AllFixedPriceItemTypes&var=sbar
No sea cosa que se llene de gérmenes!!
Lo que más
me llamó la atención de esta ciudad costera y es que no hay ni un solo parador
en la playa, no señor, ni vendedores ambulantes tampoco. La playa es playa y
los lugares de comida mejor en la ciudad, juntos pero no revueltos. Debo
averiguar si hay alguna prohibición, sino Cannon Beach ofrece una gran
oportunidad para cumplir el sueño del bar en la playa. Aunque para ser sincera,
sólo vi durante mi caminata gente con su vasito de café en la mano así que no sé
si realmente sería un buen negocio.
Volviendo a DownTown
En mi
caminata por las 3 cuadras del centro encontré lugares fascinantes como el
sitio dedicado especialmente para los amantes de los perros, “Love Dogs”. El
sueño de todo fanático de los perros que quiere desde vestir a su mascota hasta
darle un sitio con decoración, juguetes y hasta comederos grabados con su
nombre. Aquí el sitio de este particular lugar http://www.puppylovebythesea.com/
Desde luego
uno puede encontrar cafeterías, locales con regalos costeros, muchas winneries
y sitios como Sweet´s Basil Café donde es posible escuchar muy buena música,
pero esto es parte de mi próximo posteo sobre la “Coconout Band”.
Pero antes
de terminar con este post, no me quiero olvidar de http://www.brucescandy.com/, la fábrica de caramelos local donde uno puede ver en vivo como se
hacen caramelos de los más variados gustos y colores. Un placer para los ojos
y, desde luego, para el paladar de los golosos como yo.
Y ya
cerrando, lo que más me llamó la atención, la cartelería por toda la ciudad y alrededores
con las vías de escape ante un posible Tsunami. Señalética por momentos
aterradora pero a la vez aleccionadora, muestra de una ciudad y una sociedad
que, aunque a veces parece por exceso ordenado, está más preparada incluso para
afrontar una catástrofe.
Pero esto
no termina acá, aún quedan mi paseo por Ecola Park e Indian Beach, además de mi
noche de jazz y vino con la Coconut Band. Pero eso será parte de una próxima
historia.
Para ver más fotos, basta con ingresar al album de Flickr
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